Nos preguntamos si es necesario recurrir a métodos que invaden el cuerpo de la mujer con hormonas artificiales cuando existen métodos seguros, precisos y saludables para lograr la concepción.
El coito dirigido o “relaciones
sexuales programadas” son tratamientos que, con la aplicación de hormonas y manteniendo relaciones sexuales en
los días más fértiles, buscan favorecer la posibilidad de un embarazo. Es una alternativa
para aquellos casos de esterilidad en pacientes jóvenes en los que los exámenes
básicos no encuentran ninguna patología.
Reconocidos institutos de fertilidad
aplican este tipo de tratamiento, que consiste en estimular la ovulación con fármacos
orales que aumentan la hormona folículo estimulante (FSH) para lograr la
maduración de más ovocitos (óvulos), y la administración de estrógeno que
mejora la capacidad del moco cervical para el ascenso de los espermatozoides
hacia las trompas de Falopio. Llegado el momento indicado, se induce la ovulación
con la inyección de HCG (hormona gonadotrofina coriónica). Esto ayudaría a la
fecundación al mantener relaciones sexuales en los días subsiguientes.
La pregunta que nos hacemos es, ¿es necesario el uso de
tantos fármacos y hormonas artificiales cuando no se encuentra patología, si se
puede intentar un método natural, seguro, sin efectos secundarios para el
cuerpo de la mujer? ¿Por qué no dejar al cuerpo que haga su trabajo, y sólo
monitorear cuándo llegó el momento indicado?
Se sabe que muchos de los fracasos en el logro del embarazo
se deben a que la pareja mantiene relaciones sexuales en los días que no son
los más fértiles. Si existen modos naturales, no invasivos y saludables para
saber cuándo se produce la ovulación, ¿por qué invadir el cuerpo con hormonas artificiales?
Hoy en día existen monitores que se
pueden comprar online, y que llegan al hogar en pocos días para que el
proceso de control de la fertilidad sea íntimo y cómodo.
Uno de estos monitores que ha
probado ser efectivo en casi un 99% es Cyclotest Baby. La ventaja de este tipo
de dispositivos es que registran más de un parámetro para medir la fertilidad, lo
que los hace mucho más precisos y fiables. Cyclotest registra la temperatura basal
corporal al despertar e identifica los aumentos de temperatura que generalmente
acompañan a la ovulación. Al indicar los días más fértiles este dispositivo le permite
a la mujer saber qué días las relaciones sexuales tienen más probabilidad de
resultar en embarazo y planificarlas de antemano.
Además, un monitor como Cyclotest
baby permite medir los niveles hormonales de LH (hormona luteinizante
indicadora de la ovulación) y registrar las observaciones del moco cervical que
favorecerá el ascenso de los espermatozoides para que ocurra la fecundación.
Este proceso es completamente
natural, libre de hormonas, y funciona dentro del esquema de los procesos
naturales del cuerpo. De todos modos, para que este proceso sea controlado de
manera adecuada por un médico, estos monitores permiten llevar un registro
preciso del ciclo menstrual y descargarlo al computador para compartirlo con el
médico y que sea el especialista quien acompañe la fertilización y el embarazo.
Entonces, si se puede hacer lo mismo
de modo natural, seguro y preciso, ¿por qué invadir el cuerpo de la mujer con
hormonas y fármacos artificiales? ¿Es realmente el coito dirigido más
efectivo que la concepción natural controlada en forma casera con un monitor? ¿Será
que es válido exponer al cuerpo a tantos químicos cuando se puede realizar
un control preciso de forma natural? ¿Cuál es tu opción?